jueves, 4 de septiembre de 2014

Los cybercomunicadores (II)

La segunda modalidad que nos gustaría destacar en el día de la fecha, es la del cybercomunicador literario:

Una persona escribe. Es algo oscuro, es algo raro, es algo que o bien carece de profundidad, o se ahoga en la misma. Alguien lo lee. Lo mira. Lo da vuelta. Lo imprime. No hay forma, no lo entiende. Trata, trata y no puede. Entonces piensa "Esto es buenísimo. Demasiado bueno para mi nivel. Este tipo está por encima". Por otro lado está aquel que no se rinde a la sinceridad de no comprender y aún sin saber muy bien de que se trata lo que acaba de leer, opta por la postura de expresar que "Es un estilo sin igual. Expresa magníficamente la dualidad del pesar de la existencia en contraposición con la innegable condición humana". Es decir, no lo entendió, pero si el primer lector se lo recomendó, es bueno. Y por otra parte, no puede ser tan inculto de no comprender lo que es bueno. Llamaremos a esto "Cybercomunicador literario que con suma inteligencia explota el snobismo popular".


Al terminar de escribir el artículo, uno de los integrantes de Es verdad, era mentira dijo sentirse ofendido y, golpeando bruscamente la puerta al salir, dirigióse al chino "a comprar galletitas".



(Cualquier parecido con la coincidencia, es pura realidad)



1 comentario:

  1. Si, es pura coincidencia. Afortunadamente para algunos lo que no se entiende no es bueno (aunque nos falte un cacho de cultura) - Alej

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